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Jacob Wick: "La música se trata de intimidad, confianza y generosidad"

 

David Cortés

El trompetista Jacob Wick nació y creció en Glencoe, Illinois, 25 minutos al norte de Chicago y al cumplir 18 años se trasladó cerca de Nueva York para estudiar en la Universidad Estatal SUNY Purchase, también a 25 minutos al norte de la ciudad.



Foto: Samuel Sánchez
Foto: Samuel Sánchez

“Cuando tenía 21 -dice- me mudé a la Ciudad de Nueva York. Viví allí trabajando en cafes y tiendas de vino de día y tocando conciertos de noche con mis héroes por unos seis o siete años. Luego me llamó la atención la ‘social practice’ o ‘socially-engaged art’,  una práctica de arte que toma como material las formas sociales: cenas, desfiles, convenciones, etc. Me interesó las semejanzas directas entre ciertas técnicas experimentales de componer música y dicha práctica de arte, entonces me mudé a Oakland, California, para estudiar una maestría en el California College of the Arts. En ese entonces, toda el área de la Bahía, estaba siendo infestada por trabajadores de tech y la renta estaba subiendo de una manera poco imaginable. Para evitar esto me mudé a Los Angeles. Viví un año allí hasta que mi novio de ese entonces, que es mexicano, decidió volver a la Ciudad de México en 2014. No duró la relación pero me quedé de todos modos. Me encanta esta ciudad”.

Wick señala con honestidad que él no buscó a la trompeta y ésta tampoco llegó a él. La música le llamó la atención desde niño porque siempre la había en su casa. A su padre le gustaba la música clásica y a su madre los cantaurores sesenteros-setenteros como Jame Taylor. Entonces, en las escuelas públicas de Estados Unidos era obligatorio estudiar algún instrumento; su cuñado lo había hecho con la trompeta, mientras su hermano estudiaba trombón. La decisión no fue difícil: “Pude intuir cosas en la trompeta más fácilmente que en el trombón y por eso la escogí”.



Foto: Rafael Arriaga Zazueta
Foto: Rafael Arriaga Zazueta

Agrega: “La trompeta es un instrumento exigente y es importante encontrar  alguien que te pueda ayudar a evitar ciertas trampas, tanto mentales como físicas. En la prepa estudié con Luther Didrickson, quien me enseñó la técnica de ‘Song and Wind’, melodía y viento, desarrollada por el antes tubista principal de la Sinfónica de Chicago. Como puedes imaginar, es una técnica que se enfoca en la capacidades líricas del instrumento en lugar de dominarlo físicamente. Luego estudié con el trompetista Jon Faddis, quien también se acerca al instrumento con una manera muy tranquila y sencilla, a pesar de sus inmensas habilidades físicas”.

Wick confiesa que en su vida hay muchos trompetistas importantes y uno de los discos que escuchaba una y otra vez fue uno de Wynton Marsalis que le regalaron, con una versión muy rápida de “Cherokee”. Luego, comenta, “me obsesioné con Woody Shaw y me puse a estudiar cómo tocar líneas fragmentadas entre tonalidades y con muchos intervalos grandes, lo cual es complicado de hacer en la trompeta. Fui a la prepa con la trompetista Jaimie Branch quien me lleva un par de años. Con ella improvisé por primera vez. Íbamos a su casa después de la escuela para estudiar música contemporánea y hacer duetos improvisados. Fue ella quien me llevó a mi primer jam de free jazz en Chicago, fue ella quien me introdujo a muchos músicos y compositores tanto de allí como de Nueva York cuando luego vivimos allí. La extraño mucho. Es importante también mencionar a Dave Douglas, quien no solo era una inspiración musical sino una ayuda muy importante en mi vida, pues me invitó al International Workshop in Jazz and Creative Music, en Banff, Canadá, cuando tenía 18 años. Ahí estudié con maestros de la improvisación como Han Bennink, Misha Mengelberg, Vijay Iyer, Mark Turner, Jason Moran, George Lewis, entre otros, mientras conocí a gente que luego se convertirían en colaboradores en Nueva York, Europa, todo el mundo. Ahora me interesan los trompetistas del presente y el pasado que se enfocaron en el lirismo y la sutileza que ofrece el instrumento, como Art Farmer, Kenny Dorham, Blue Mitchell, Miles Davis, Ambrose Akinmusire, Ingrid Jensen, Birgit Ulher y Ben Lamar Gay. Y me fascina Axel Dörner”.




Además de su faceta como jazzista, Jacob Wick cultiva una vena experimental y una de sus colaboraciones importantes ha sido al lado de claire rousay, con quien además ha hecho un par de giras. “Con ella -dice- encuentro una intimidad y confianza profundas. La música, no solo la experimental sino la práctica de música en sí, se trata de intimidad,  confianza y generosidad, y para mí es muy fácil colaborar con ella”.

La lista de músicos con quienes ha colaborado el trompetista es amplia y etre los nombres que podemos citar se encuentran Briggan Krauss, John Goldberger, Shane Parish, Christian Weber y “la orquesta de Andrew D'Angelo dónde me encontré con Trevor Dunn, Josh Roseman, Dan Weiss y Bill McHenry entre otros”.

En 2021 Jacob Wick formó un cuarteto con Gibrán Andrade (batería), Alonso López-Valdés (contrabajo) y Federico Sánchez (guitarra); pero también tiene un ensamble que inició como sexteto y ahora ha expandido a octeto, los cuatro ya señalados, más Ramón del Buey (clarinete bajo), Sofía Escamilla (cello), Xavier Frausto (trombón) y Alina Maldonado (violín), el cual dio su primer concierto en diciembre de  2019.




“El cuarteto se dedica a música más identificable como jazz. Tocamos un par de covers de clásicos como ´Every time we say goodbye´ o ´Charade´. La demás música es mía, composiciones originales que toman como su base conceptual la idea de tiempo queer, un especie de tiempo que esquiva la linealidad cronológica. Mientras tanto, el ensamble es algo más experimental. Allí sí podríamos utilizar la palabra ‘deconstruida’ si logremos levantarla de la mesa donde se encuentra borracha, dormida, vomitada, harta del mundo que siempre la está invocando, llamando y gritando, pues cada vez que una persona dice ´soy deconstruida´ o ´lo desconstruí’, ella toma un shot de Fernet Branca, un licor suficientemente oscuro y amargo para igualar su estado interior, algo que ha estado haciendo desde el momento que la nombraron públicamente por primera vez cerca del año 1973. Pero bueno, para el ensamble suelo reconfigurar -dejamos la desconstruida en paz por ahora- canciones que amo a través de partituras gráficas, indicaciones textuales e improvisación estructurada. Las reconfiguro a través de mi experiencia y las presento en la manera que a mí me hace sentido”.



Foto: Rafael Arriaga Zazueta
Foto: Rafael Arriaga Zazueta

Jacob gusta de escribir sus propios temas, lo mismo que trabajar sobre versiones (“mientras se trata de la intimidad, la confianza y la generosidad, hago con gusto la composición de o colaboro con cualquier persona”) y cuando llega a los directos la improvisación depende del contexto. “Mis composiciones, en particular las del ensamble, suelen estar basadas en la improvisación. Aunque la estructura es escrita, la manera en que pasamos de una parte a otra depende de decisiones tomadas en directo de los miembrxs del ensamble. Pero obviamente hay ciertos contextos en que no hay espacio para la improvisación”.

Si usted no está familiarizado con la obra del trompetista Wick, lector, ponga el oído a Something in your eyes (2024) con el Jacob Wick Ensemble, a Standards (2022) o al reciente A veces me veo en el espejo y pienso en ti (2025) y déjese llevar. También espere, para finales de 2025 o comienzos del 2026, el tercer disco con su ensamble, un álbum con Marc Riordan y Frank Rosaly llamado Tres hongos, así como el segundo disco con su cuarteto, el cual se grabó este año.

“Pueden verme con el septeto de Federico Sánchez, con Mabe Fratti y en varias configuraciones de improvisación. Federico y yo también vamos a estrenar un proyecto en que tocamos música para tomar martinis, clásicos de jazz para guitarra, trompeta y voz. Además, lanzaré nuevos talleres de improvisación y de composición. Y, como siempre, pueden seguirme en Instagram @magical_feelism y/o consultar mi sitio de web, jacobwick.info, para saber más”, concluye.


 

 

Jacob Wick estará como invitado en Gran disturbio en el geriátrico. 19 años de la Generación Espontánea, viernes 22 de agosto, 20:00 hrs., Serapio Rendón 8, 4to. piso, Col. San Rafael

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