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Deep Limbic System, demasiado "fresas" para los metaleros

David Cortés

 

Chihuahua no es un estado que venga a la mente de manera inmediata cuando se habla de rock y menos cuando de progresivo o fusión se trata. Sin embargo, a partir del cierre del 2012, sin demasiados aspavientos, allí, en la capital del estado, apareció Deep Limbic System (DLS) un quinteto cuyo nombre, nos dice el guitarrista Sergio Sunga, “nace de querer representar las emociones de manera sonora. El sistema límbico es la parte del cerebro que regula esas emociones, es como el núcleo primitivo de lo que sentimos y recordamos. Lo de ‘Deep’ es porque queremos ir más allá de la superficie, de lo que no se dice, de lo que se siente, pero no se puede poner en palabras. Nuestra música no intenta resaltar tanto la técnica o las estructuras complejas (aunque las pueda haber), sino provocar algo más visceral”.


Deep Limbic System. Foto: Cortesía DLS
Deep Limbic System. Foto: Cortesía DLS

DLS es una entidad muy consistente, en sus casi 15 años de existencia, solo han tenido dos cambios en su alineación y el primero de ellos se dio antes de llevar a cabo su primera grabación, cuando Antonio Alva, uno de los fundadores, abandonó en 2013 y dejó su lugar a Ángel Daniel; el otro fue hace tres años cuando el guitarrista Efraín Fraire salió y su lugar fue ocupado por Leonel Huerta.


En 2014 el quinteto entró al estudio de grabación y salió de allí con The embryo EP, al cual siguió A calling of stars el año siguiente. Fue en 2016 cuando quien esto escribe supo de DLS con la aparición de The Embryo (Extended version) (Azafrán Media) que recoge prácticamente todo lo que hasta entonces había grabado la banda. Porque ellos son una banda y no, como originalmente había pensado, un proyecto.


Al respecto, dice Sunga: “Cuando componemos, todo parte de una idea propuesta por alguno de nosotros, pero la llevamos y la moldeamos juntos, creemos mucho en la dinámica de agrupación, todos escuchamos nuestros puntos de vista, y siempre llevamos la música a un cauce en común”. 



¿Hay una escena de rock progresivo-fusión en Chihuahua?, ¿con quién comparte cartel DLS en su estado? Al habla Sunga: “Somos de una zona fronteriza, donde no hay muchas bandas afínes al rock o metal progresivo, por lo tanto, no existe como tal una ‘escena’ de prog. En nuestra ciudad ha habido bandas del género en diferentes eras, pero tristemente todas se separaron en su momento, y nunca se les dio continuidad a sus proyectos. Ahora cuando tocamos aquí en Juárez/El Paso, o áreas circunvecinas, siempre compartimos escenario con bandas más relacionadas al rock, heavy metal, o metal extremo. Con la audiencia siempre es difícil, si tocamos con bandas más afines al rock o alternativo, nos consideran muy ‘pesados’, y cuando estamos con bandas más metaleras, somos demasiado ‘tranquilos’ o ‘fresas’. Independientemente de lo dicho, siempre tratamos de tocar prácticamente donde sea, y afortunadamente nunca falta a quien le guste nuestra propuesta y nos siga a partir de ahí”.


Este año DLS puso a circular Katharsi, un segundo álbum. A Sunga, en la guitarra y voz, se unen Leonel Huerta (guitarras), Carlos Bárcenas (teclados), Ángel Natividad (bajo) y José Armengol (batería y precusiones) quienes, en ocho temas (en su mayoría canciones), entregan un álbum suave, de hermosas atmósferas, que  desde su arranque (“Days”) muestra su cuidadosa producción. Es la intro que da pie a la dinámica “Regression”, teñida de un buen solo de teclado, cambios de tiempo enlazados armónicamente y en donde la voz de Sunga añade una pátina ligera de pop que a este escriba le recuerda ligeramente a Maynard James Keenan. DLS flota en un limbo, su música por instantes está más cerca del progmetal, otras veces oscila más a la fusión (“Hard”), otras se encuentra imbuida de un espíritu mucho más progresivo (“The chaoty frenzy of the mind”, gran tema).


Deep Limbic System. Foto: Cortesía DLS.
Deep Limbic System. Foto: Cortesía DLS.

Algo de flamenco, rápidamente transmutado en fusión se deja sentir en “Descendants” -a estas alturas del disco, lector, si usted no se ha puesto a imaginar o a flotar en otra dimensión, vaya a una revisión médica, algo, seguramente, sucede con su sensibilidad- y “Umbral” es otro de los momentos climáticos de Katharsi, con su inicio intenso para cerca de la mitad recalar en un páramo de remanso, breve, para después entrar nuevamente en ese dinamismo, perlado de atmósferas espaciales reminiscentes de Pink Floyd (aquí por la vía de los teclados) que por momentos maneja DLS. “Omega”, el cierre del álbum, es el tema más apacible del álbum, pero pasada la mitad se dinamiza (incluso hay destellos de un soul ligero gracias al sax invitado de Juani Varela) para cerrar lo que bien puede ser uno de los mejores discos de progresivo, progmetal, fusión realizados este año en nuestro país.


Dice Sunga: “Creemos que el rock progresivo siempre ha sido una forma de expandir los límites de lo musical y lo conceptual, y Deep Limbic System es nuestra manera de decir que también queremos expandir los límites, pero de forma también emocional”.



¿Futuro? “Tenemos un par de canciones que saldrán este año 2025 como sencillos y estarán disponibles sólo de manera digital en nuestro Bandcamp y plataformas de streaming. Luego de eso, están en planes dos álbumes ambiciosos; uno es un disco doble, y otro será el primer álbum con letras en español. Paralelo a lo anterior, siempre buscamos estar activos en presentaciones en vivo y abiertos a invitaciones”, concluye Sunga.



 

 

 


 

 

 

 
 
 

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