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El Castillo de Barba Azul


 David Cortés

 

Cuando se trata de rock, Tijuana es una de las primeras ciudades del país en levantar la mano y hacerlo con orgullo. Ha sido principalmente en este siglo, que el enclave fronterizo ha despuntado como un lugar en donde la música electrónica se ha desplegado con efervescencia y si bien hay cabida para otros géneros, algunos de ellos, como el progresivo, se han visto poco favorecidos.

Hace relativamente poco apareció Sobre finales el segundo disco de El Castillo de Barba Azul, una agrupación liderada por Paúl Llamosas que tuvo la idea de formarlo cuando todavía se encontraba en la preparatoria, allá por 2016.


El Castillo de Barba Azul. Paul Llamosas, Esteban Barrón, Antonio Ruelas y Luis Pablo García.
El Castillo de Barba Azul. Paul Llamosas, Esteban Barrón, Antonio Ruelas y Luis Pablo García.

“Tenía la ambición -dice- de hacer un grupo de música progresiva, con unas de mis primeras composiciones que tenía entonces. Me comuniqué con mi viejo amigo desde la secundaria Luis Pablo García, y a mi amigo de preparatoria Juan Navarro como guitarristas. Tardamos unos meses en encontrar algún baterista y bajista, hasta que un amigo nos comentó que justamente esos instrumentistas se habían salido de un grupo, por lo que inmediatamente los invitamos y accedieron. Fue una interesante forma de nacer como grupo porque todos éramos novatos y no todos estábamos en el mismo canal musicalmente hablando. Tal vez había influencias y gustos en común, pero tocar era relativamente nuevo para todos, incluyéndome; esta fue la primera vez que tocaba con otras personas, el 22 de Octubre del 2016”.


Antonio Ruelas
Antonio Ruelas

Acerca del nombre, Paul señala que personalmente gusta de los nombres largos, con “cierta tonada a la hora de pronunciarlos”, pero que inspirados en la ópera de Béla Bartók, que “además tenía cierta estética sombría y gótica que podría quedar con música progresiva”, fue que decidieron bautizar El Castillo de Barba Azul al grupo.

Antes de esta agrupación, Llamosa no tenía experiencia alguna. Su aventura pianística, como él la llama, inició en 2015, con unas cuanyas lecciones particulares, pero la mayor parte de su aprendizaje  ha sido autodidacta, con libros hallados en internet, canales de youTube y artículos de wikipedia. “Fue hasta el 2018 -cuenta- cuando tomé clases particulares de piano clásico y técnica pianística, con el pianista y compositor Gaspar Peralta, hasta a mediados del 2020. Desde el año 2020 hasta ahora, curso la licenciatura en Música de la UABC, en Ensenada, en donde considero que lo principal que he aprendido ha sido profundizar mi técnica pianística gracias a los maestros de la cátedra de piano y conocer mejor el criterio detrás de la música clásica y contemporánea”.


Paul Llamosas y Luis Pablo García
Paul Llamosas y Luis Pablo García

El Castillo de Barbazul está integrado por Antonio Ruelas (batería), Esteban Marrón (bajo eléctrico y drones), Luis Pablo García (guitarra y drones), y  Paúl Llamosas (teclados y composición). Además, la banda considera un integrante  más a Carlos Madrigal (producción y masterización del disco) y entre todos trabajan en la gestión del proyecto.

El Castillo de Barba Azul debutó en 2019 con un EP homónimo y seis años después finalmente aparece Sobre finales, después de un largo proceso de composición. Dice Paúl: “Tocamos las piezas del EP un buen tiempo antes de que comenzáramos a incluir nuevas composiciones que forman parte del LP al repertorio. “Ganímedes” existe desde el 2018 y fue hasta el 2020 cuando la siguiente composición, la que ahora se llama ‘El Castillo de Barbazul’, nació. Fue entre 2020-21 cuando por fin se comenzó a trabajar en nuevas composiciones”.

¿Es Sobre fiinales un disco conceptual? 

No sabría decir yo si se puede considerar como un disco conceptual. La mayoría de las composiciones tienen títulos con referencias astronómicas, pero el nombre en sí es un intento de apreciar este disco en el aspecto personal, por parte de los integrantes, como una etapa muy especial de nuestras vidas, como un abrazo al pasado que culmina en este álbum de principio a fin, del sonido a la portada. Considerando que el disco fue grabado en Semana Santa del 2022, durante un encerrón en una casa en Rosarito, que la producción posterior a la grabación fue muy ardua, pesada y tomó hasta el 2024 terminarla, y el arte fue el pendiente durante 2025, el disco y la música que contiene técnicamente ya lleva tiempo que se hizo, y es para nosotros más bien un gran recuerdo y despedida de música progresiva muy pesada y catártica que llegamos a tocar antes en una conexión personal y musical realmente increíble”, concluye Paúl Llamosas.


Luis Pablo García y Esteban Marrón
Luis Pablo García y Esteban Marrón

 

 

 El Castillo de Barba Azul, Sobre finales (independiente, 2025)

 

Si bien su compositor no puede, o no desea, etiquetar este álbum como una obra conceptual, “La creación del universo”, el corte inaugural, describe perfectamente el acto de la creación, el edificar a partir de la nada, hasta lograr  la conformación de un Universo, porque “El astronauta y la escafrandra”, el siguiente corte, parece describir a ese astronauta fuera de la nave, vislumbrando el espacio con el marco de un tema basado en una vena de fusión, con destellos de rock sinfónico; es una composición muy dinámica donde el teclado dialoga con la guitarra y por momentos se antoja una batalla con nun único vencedor: la música.

Ese tono vertiginoso y dinámjco se mantiene en “Ganimedes”, el siguiente track que también nos muestra a una bada muy asentada y liderada por el tecladista, para crear, sin duda, uno de los mejores cortes de la producción. El Castillo de Barba Azul se mueve con soltura de la fusión al progresivo clásico (“Grifoskaud”) y alcanza momentos brillantes en el tema que nombra al grupo, para luego enlazar con “Andrómeda”, una composición abstracta, lenta y reposada que describe perfectamente un paseo por esa galaxia con forma de espiral gigante, antesala ideal para el arribo de “Clementine” donde regresamos al vértigo y la fusión, una vertiente que El Castillo de Barba Azul dominan a su antojo.

Sobre finales concluye con “Éter (prong sorn)”, el tour de force del disco, el track más largo y tal vez el instante en donde la banda se torna expansiva, dado el espacio, aunque en realidad refrendan sus buenas hechuras, una idea bien trabajada del rpogresivo en su vena de fusión. Sí, con momentos de virtuosismo, pero bien diseminados y nada gratuitos, que hacen del corte el cierre de un álbum-viaje el mejor colofón para una obra que merece mayor difusión y reconocimiento.



 

 

 

 

 

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