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Eblen Macari, Un producto de los sesentas (Azafrán Media, 2025)


David Cortés

 

En los albores de la década de los ochenta del siglo pasado, Eblen Macari formó al lado de Humberto Álvarez el proyecto Música Inmediata. Sin embargo, como muchos de los proyectos de esos años, Música Inmediata no encontró respuesta y desapareció sin dejar registro discográfico alguno.

En ese momento, Macari oscilaba entre las canciones y la música instrumental. Incluso se le llegó a asociar con Los Rupestres -aparece en la famosa foto de la “fundación” del colectivo-, pero sus gustos pronto lo separaron de ellos. En una entrevista que le hice el 17 de mayo de 1994, comentó: “En esa época me gustaba mucho cantar; pero ya hacía música instrumental. Empecé a hacer poemas de Bertolt Brecht y Jaime Sabines, pero siempre me costó trabajo ser un cantautor, lo mío era la música instrumental, pero en ese tiempo hacerla era raro, muy extraño”.


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La dicotomía que albergaba en Macari salió a la superficie en 1981, cuando editó su primer disco titulado Un producto de los sesentas, recientemente reeditado por Azafrán Media. Es una producción independiente en donde se marcaron las obsesiones (canciones-música instrumental) de su autor. Textos de Bertolt Brecht, Jorge Manrique y Roberto Helier, fueron musicalizados por el guitarrista y en ellos encontramos sombras del latinoamericanismo imperante en la sociedad mexicana (los ecos de Nacha Guevara en “Sin Dios y sin vos y sin mí”, la voz a medio camino entre el lamento y la ternura, los arreglos reminiscentes de la nueva trova cubana); pero también resabios progresivos (la dulzura de la flauta en “Satisfacciones”, la amable cadencia de “Solo y solidario” permeada por la finura del sonido italiano; el clasicismo de “Cuando se hacen canciones” y “Final”) e intentos por encontrar un lenguaje propio “Kohoutek”, composición para guitarra procesada y anuncio de la temática a seguir en producciones posteriores.

Pero, sobre todo, Un producto de los sesentas fue la asunción de la filiación rockera de Macari. Cuando canta “Yo no nací en la Huasteca / no en tierra caliente, / para bien o para mal / nací en esta ciudad / sureño de esta ciudad / un producto bitleano / ese fue mi folclor”, el guitarrista hace una contundente declaración de principios, además de que el tema, bien podría equipararse a alguna balada similar a las gestadas por los progresivos italianos de los setenta.

Largamente buscado por los coleccionistas, Un producto de los sesentas cuenta con la colaboración de Óscar Reynoso (chelos, guitarras, percusión, vocales, arreglos y dirección musical), Humberto Álvarez (sintetizadores y órganos), Jeanette Macari (voz en “Sin Dios y sin Vos y Sin Mi”) y Carol McQuire (flauta en “Satisfacciones”).

En cuanto al sonido, hay una gran mejoría con respecto a lo logrado cuando el álbum apareció originalmente en el mercado y el encargado de la proeza, fue Eblen Macari M. quien escribe en el booklet que acompaña el disco lo siguiente: “Mi colaboración en este proyecto fue detallar, pulir, agregar un poco de mí -que, a su vez, es él- en este disco. Ayudé a convertir esas ideas que en aquel momento no se dieron del todo: el color de la guitarra, los efectos en la voz, la espacialidad en las mezclas, con finos detalles como un delay en la voz en el segundo verso ‘a la beatles’”.

Recuperar a este primer Eblen Macari era indispensable; es, al mismo tiempo, entender cómo evolucionó una parte del rock mexicano y es, también, recuperar una parte de la historia que, de otro modo, podría estar condenada al olvido.

Imprescindible.

 

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