top of page

Lo llamábamos Charly

David Cortés


En agosto 9, el Multiforo Alicia albergó un homenaje póstumo a Carlos Robledo, uno de los fundadores de Decibel. Los integrantes sobrevivientes de la agrupación (Walter Schmidt, Alex Eisenring, Carlos Vivanco) más Humberto Álvarez, Carlos García y Vico Robledo, como invitados, entregaron el soundtrack de una noche musicalmente breve. Walter Schmidt me pidió leer unas palabras a manera de despedida. Este es el texto allí leído en donde, inevitablemente, se colaron varias de mis emociones.

 


Los homenajes post mortem deberían ser abolidos porque, todos lo creemos, estos deben hacerse en vida.

Si estamos de acuerdo en ello, ¿por qué nunca sucede así? Probablemente es la necedad y la necesidad, el aferrarse a creer que los nuestros, porque son nuestros o los hemos hecho nuestros, nunca nos abandonarán.

Lamentablemente no es así.



ree


Carlos Robledo nació a la vida en la Ciudad de México en l955. No sé cuántas cosas hizo antes de empezar a hacer eso que le conocemos y es el motivo de que muchos estemos presentes aquí el día de hoy. En realidad, para muchos de nosotros, él nació en los setenta, en los ochenta o incluso en los noventa, depende del momento en el que hayamos entrado en contacto con su música.

La primera imagen que tengo de Charly, como muchos le llamábamos, es la de una famosa foto del grupo Decibel aparecida en Conecte, en blanco y negro. Él estaba sentado, del lado derecho, con un saco negro, una camiseta a rayas y un sombrero cuya visera, a la altura de los ojos, casi le impedía la visión.

Otra imagen de él, contundente, fue la primera vez que lo vi tocar el piano con Decibel, allí en la Sala Chopin, en la colonia Roma. Eso fue en la década de los setenta. Yo, imberbe impresionable, caí rendido ante lo desplegado en su piano en un par de piezas: “Terapia de faquirato” y “El Poeta del ruido”.



ree


Mi recuerdo de Charly es sobre todo musical y en ese sentido es una presencia constante e importante en mi vida... y tal vez lo sea en la de otros.

No lo sé, pero quisiera compartir con ustedes brevemente, la forma en la que conviví con él durante cuatro décadas.

La vida musical de Carlos Robledo está marcada por el cambio. Por lo menos tres de los grupos de los cuales formó parte, modificaron el curso de la música en México, de nuestro rock: Decibel, Size y Casino Shanghai.



ree


Con Decibel, se encargó de acercarnos a la vanguardia, en sonido e influencia. Para quien ahora habla, la música que él compuso con ese grupo es un parteaguas, marca un antes y un después en el rock progresivo mexicano. Un disco como El poeta del ruido, después de 45 años, conserva su magia y vigencia. Es pertinente, saludable, sólido en su composición, imaginativo, pletórico en ideas y él junto con Walter, Alejandro Sánchez y Jaime Castañeda consiguieron sacar de su marasmo al rock mexicano… por lo menos lo intentaron.

Hizo lo mismo con Size. Para nosotros, los que también vivimos ese momento, aquello era un punk cercano a la new wave y para no perder la costumbre, Charly dejó su impronta, no sólo musical, sino también lírica, en un par de temas hoy antológicos: “El Diablo en el Cuerpo” y “La Cabellera de Berenice”. La última hoy un clásico en toda la regla.

Unos años después, pocos, ayudó a darle otra vez un impulso al rock mexicano cuando apareció elegantemente vestido en Casino Shanghai. Como con Size, bastó un álbum: Film, para dejar huella.

Pareciera que ese fue tu sino Charly, llegar a esta tierra a dejar un legado sonoro imperecedero.

No olvido a los Los Agentes Secretos, Cou Cou Bazar y Od, con quienes también hiciste lo tuyo. Tampoco quiero mencionar, para no extenderme, el regreso que hiciste con Decibel al comenzar la segunda década del presente siglo.

Personalmente, siempre me quedé con las ganas de que sacáramos a la luz ese mítico Bar Tentacular, álbum solista del que supe por un Conecte, pero del que nunca escuché, como muchos, nada. Lo lamento Charly, debí ser más insistente.

Te vamos a extrañar Charly.

No queda más que contentarnos con tu música que, esa sí, seguirá cuando muchos de nosotros nos hayamos ido, porque como lo dije antes Charly, tu sino fue venir a esta tierra a dejar huella y hoy tus amigos, aquí reunidos, te recordamos, extrañamos y tributamos un homenaje que, disculpa la torpeza, debió ser en vida.



ree

 

ree


Post Scriptum

La noche Charly seguramente la “bendeciste” o de menos la auspiciaste. En tu homenaje, la velada la inauguró Decibel. Superó, con creces, las expectativas de todos los allí reunidos. Y no creas que en ello incidió la sensación de que pudo ser el último concierto del grupo.


ree


ree


No, simplemente los tres fueron de menos a más. Lo hicieron rápido (tal vez cinco minutos) y allí se mantuvieron. Pura imaginación, búsqueda incesante, cero caos. Lo escuchado no fue producto de un acuerdo previo, pero sí lo moldearon las muchas veces que ya han tocado con anterioridad, los gustos y los aprendizajes conjuntos. RIO de alto nivel.



ree


En la segunda parte, subieron al escenario Carlos García, Humberto Álvarez y Vico Robledo. La noche no desmereció, mantuvo su ritmo e incluso Walter y Alex se “ausentaron” un momento.

Fue maravilloso y al final, todos de pie, encantados, verdaderamente embelesados y emocionados, les tributamos un aplauso

Después el vacío, la sensación de que fue el fin de una etapa y ganas de gritar: ¡El rey ha muerto! ¡Viva el rey!.

 

 

 

Comentarios


Suscríbete a Nuestro Newsletter

  • Instagram
  • Facebook
bottom of page