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Residencia-Homenaje a Ana Ruiz. 50 años de experimentalismo en México. Primera fecha.


 David Cortés

Fotos: Rafael Arriaga Zazueta



Son casi las ocho de la noche. El Alicia abre las puertas a la Residencia-Homenaje a Ana Ruiz. 50 años de experimentalismo en México y en el ambiente se respira expectativa.

Se dice que es una noche histórica.

(¿Qué vuelve a un concierto histórico?, ¿cuál es la línea de separación entre un concierto más y EL CONCIERTO?, ¿el cartel, el motivo?)

Hoy abre Carlos Marks: Misha Mark (bombardino, latarra), Carlos Alegre (violín, teclados),

Alonso López (contrabajo) y Jacobo Guerrero (batería). El ímpetu y la entrega son importantes, pero se agradece más la imaginación y bastan los primeros minutos para “informarnos” que el trayecto ha comenzado.

¿Cuál es el destino? Si la música es una relación entre dos que, en el mejor de los casos, debe ser completada por el escucha, digamos que estos cuatro proponen una serie de postales, para nada paradisíacas o idílicas, que parten de una textura(s) o varias atmósferas nacidas de la improvisación, pero al evolucionar se convierten en cuadros en donde los trazos nos muestran regiones conocidas (aquí es donde entra la práctica de escuchar, tal vez ayudada un poco por la indumentaria de los músicos que evocan lugares lejanos del medio y lejano oriente) o, las más de las veces, sitios imaginarios.



CARLOS MARKS
CARLOS MARKS

En esta construcción de espacios inexistentes, Carlos Marks va de la abstracción a un sonido en donde predomina algo cercano al rock en oposición con una fuerte dosis de música tradicional o folk proveniente de un universo alterno. La mezcla, a pesar de la

perturbadora descripción, es sorprendente y disfrutable.

Esta combinación de improvisación, con pasajes estructurados y técnicas extendidas (Marks pasa una cinta de casette entre las cuerdas de su latarra, López  percute el contrabajo con arco en aquellas partes no diseñadas para ser tocadas), dotada de momentos con riffs muy contagiosos,  así como las melodías que Alegre entrega ya sea desde los teclados o desde su violín, dan a la totalidad mayor brillo y dejan lista la arena para ARMS.



ANA RUIZ, MAURICIO SOTELO
ANA RUIZ, MAURICIO SOTELO

Ana Ruiz y Mauricio Sotelo (ARMS) han tocado previamente y la alianza muestra uno de los rasgos de Ana al cual no se le suele hacer mención con frecuencia, su capacidad para tocar con músicos de su generación, pero, especialmente, con músicos de otras generaciones. No es la primera vez que estos dos se encuentran y el comienzo simplemente desarma a los presentes de inmediato. No hay una introducción, Ana comienza a tocar las cuerdas al interior del piano y Mauricio le responde con su stick: el resultado es el arribo al pandemonio en cuestión de segundos.

(¿Por qué es histórico un concierto?, ¿por qué estás presente?, ¿cuándo se volverá a ver un piano de 1/4 de cola en el Alicia?)

Ruiz y Sotelo dialogan con sus instrumentos, lo que dicen con ellos inicialmente es una andanada de notas, vértigo y aventura puros. Ambos se expresan con demoledora intensidad, incluso rayana en la furia; pero también conversan con la mirada, con ella trazan una pauta que los lleva a entrelazar los sonidos de su piano y del stick, a propiciar cambios. En realidad, echan mano de un lenguaje secreto instaurado en diversos encuentros previos. Sin embargo, lo que más resalta debajo de esa mirada, es un brillo de alegría, un exultante gozo que ambos tienen. Estos dos se están divirtiendo en el momento de la creación y uno no puede más que sentirse privilegiado por atestiguar ese gozo, esa felicidad que alimenta su espíritu y, por ende, su música.




ANA RUIZ
ANA RUIZ

(¿La imposibilidad de una definición de lo escuchado hace a la noche histórica?, ¿es, acaso, la intergeneracionalidad la causante de ese tinte histórico? Uno no hace historia al asistir a un concierto. Es el caudal de emociones allí desplegado lo que hace de la noche algo único, pero, sobre todo, es esa sensación de excepcionalidad, de vivir un acontecimiento especial e irrepetible, lo que imprime la pátina de histórico. ¿Cómo se sabe que una noche es histórica? Porque sales marcado, es una emoción intensa pegada al cuerpo cual si fuera una sanguijuela benigna; es una serie de imágenes estampadas en la mente: gozosas sí, en su mayoría, pero que también propician preguntas.)



MAURICIO SOTELO
MAURICIO SOTELO

En la “segunda” parte del set de ARMS, se unen Emilio “Piscuis” Gordoa (batería) y Carlos Greko (saxofones). El primero, un veterano capaz de tocar cualquier material susceptible de producir sonido; el segundo, un joven saxofonista que rápidamente ha encontrado su voz. Ambos se integran a la dupla sin fricción alguna y lo conseguido por la ahora cuarteta parece el resultado de años de trabajo conjunto. Cierto, Ana Ruiz ha tocado con ellos, por separado, en diferentes momentos de su trayectoria, especialmente con “Piscuis”, pero juntos es la primera vez que lo hacen.



EMILIO "PISCUIS" GORDOA
EMILIO "PISCUIS" GORDOA

(El predominio del azar sobre el orden que construye un universo paralelo o, si se prefiere, alterno, eso, en parte, es histórico.)

Hay momentos en los cuales el lenguaje es limitado para describir como la mano derecha de Ana sube rápidamente y cae produciendo un cluster de notas; o como Mauricio Sotelo se olvida de su característico stick por momentos para  concentrarse  en las percusiones; o como hay pequeños sonidos cuya fuente es inadvertible, hasta que observas con más cuidado y ves que allí, detrás de la batería, algo se mueve merced al accionar de Gordoa; o como Greko no se contenta con convulsionarse e invitarnos a seguirlo con un sax, sino con dos, creando su propia orquestación sin molestar al todo.



CARLOS GREKO
CARLOS GREKO

La noche es histórica porque cada uno de los presentes, en el futuro, cual si fueran predicadores, contará de una velada en la cual una mujer fue homenajeada por 50 años de vida en la música y tocó con la misma energía e ímpetu, o más, que como cuando se puso por primera vez a hacer free jazz. Eso hace a la noche histórica, porque pocos lo dejaremos asentado por escrito, pero serán los apóstoles, los mensajeros, los encargados de que esto quede resguardado en la memoria de la cultura popular de este país.

 

 

La Residencia-homenaje a Ana Ruiz. 50 años de experimentalismo en México continua el jueves 14 de agosto con Ana Ruiz y La Cocina (Alain Derbez, Arturo Escalante, Evodio Escalante, Ariel Guzik y Jazzamoart). Grupo invitado: Bardo Thodol. Multiforo Alicia, Eligio Ancona 145, 19:13 hrs.


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